miércoles, 17 de diciembre de 2014

El museo de Bellas Artes de Bilbao acoge la exposición del Hiperrealismo

Marta Romero Salgado
Cristina Poyo Mata



Desde el 7 de octubre hasta el 19 de enero el Museo de Bellas Artes de Bilbao acoge un recorrido por la historia del Hiperrealismo. Mostrando obras de autores como David Parrish hasta los más actuales como la londinense Raphaella Spence. Gracias a la gratuidad de los miércoles el museo ofrece un ambiente dinámico y familiar.



Como cada miércoles, decenas de curiosos aprovechan su entrada gratuita para visitar el museo de Bellas Artes de Bilbao. Incluso los más pequeños disfrutan de una dosis de arte junto con sus padres. La afluencia de curiosos es mayor ese día y el murmullo de comentarios interrumpe el habitual silencio de la sala. Los cuadros se confunden con fotografías: es la corriente artística del hiperrealismo.


Esta surgió en 1967 en Estados Unidos. Utilizando cámaras análogicas retrataban el estilo de vida de los estadounidenses y lo convertían en cuadros a través de 5 fases: observar, ver, fotografiar, seleccionar y pintar. En la exposición se pueden encontrar representaciones de todo tipo. Desde motocicletas y automóviles brillantes, hasta restaurantes de comida rápida. Una auténtica visión del estilo de vida norteamericano.


Con el paso de los años, se fue expandiendo y atrapó a pintores europeos, con mayor neutralidad en sus representaciones. Esta mezcla de nacionalidades y culturas enriqueció la corriente artística. Entre estos pintores europeos encontramos a Gus Heinze (Berlín), Rod Penner (Canadá) o a Bernardo Torrens -el único artista que se centra en la figura humana- añadiendo en sus pinturas vistas panorámicas urbanas propias del hiperrealismo europeo.


La evolución de esta corriente artística va de la mano de las mejoras técnicas y de composición. La tecnología digital de alta definición proporciona representaciones más reales y más complejas de interpretar. La sala de exposiciones temporales acoge autores como Roberto Neffson (Nueva York), Ben Johnson (Gales) o Raphaella Spence (Londres).


Entre las paredes de la exposición centenares de personas dudan entre si lo que ven es o no real. Muchos sienten la necesidad de comprobar que realmente la obra que están contemplando no es una fotografía, se acercan a milímetros del óleo para poder, desde ahí, observar las sutiles pinceladas que componen el cuadro.


Los miércoles, cuentan las empleadas del museo, son los días en que más gente recibe la galería. Se crean colas para coger entradas y la sala de exposiciones se llena de un murmullo incesante. Gente experta amante del arte y multitud de curiosos son bienvenidos. Familias con niños, incluso bebés, son frecuentes también cada miércoles en el Museo Bellas Artes de Bilbao donde, por un momento, el brillante suelo acoge a un juguetón bebé con su mamá.


Un ambiente familiar y de alboroto, poco común en las salas de exposición, para lograr que el arte sea accesible a todas aquellas personas que tengan, al menos, interés. Este viaje por la historia del hiperrealismo que lleva en la sala desde el 7 de octubre estará a disposición del público hasta 19 de enero. El 10 de diciembre abrirá las puertas una nueva exposición que reunirá una veintena de obras del pintor Giovanni Domenico Tiepolo en las salas 13, 14, y 15, esperando que vuelva a ser un éxito.

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