martes, 10 de noviembre de 2015

El lenguaje en los medios de comunicación

Marta Romero Salgado

Los medios de comunicación, en numerosas ocasiones, se adelantan a la Real Academia Española a la hora de aceptar nuevos términos. Esto se debe a que los medios deben plasmar la realidad en sus páginas del modo más claro para que lo entiendan sus lectores.

De este modo, los editores son los encargados de ir actualizando el diccionario del libro de estilo del medio para que sus redactores sepan exactamente cuándo utilizar y qué significa una palabra nueva que el medio ha comenzado a utilizar.

Los medios deben adaptarse a la sociedad e intentar eliminar las barreras de la seriedad más estricta para poder atraer e involucrar a personas más jóvenes ofreciéndoles contenidos de su interés y de manera cercana para poder fidelizar a sus futuros clientes.

Renovarse para captar nuevos clientes. Hoy en día, y siempre, los medios de comunicación saben que cambiar el diseño de sus páginas o portadas no es suficiente para ganar nuevos lectores o usuarios. Los medios escritos deben adaptarse hoy más rápido que nunca no solo a las nuevas tecnologías, a los nuevos soportes y a los nuevos temas de interés social, sino también al lenguaje que utilizan sus lectores. Ejemplo de ello es el uso que dieron los periódicos hasta octubre de 2014, de los términos “tuit”, “hashtag”, “hacker”, “selfie”... A pesar de que no estuvieran aún aceptados por la Real Academia de la Lengua.

El editor es quien debe asegurarse en la revisión del artículo de que el texto plasma el significado de estas nuevas palabras traídas de otros idiomas que pueden resultar extrañas para la mayoría de sus lectores. Por ello, el medio debería dar una breve explicación o traducción del término las primeras veces que lo utiliza para que los lectores comprendan lo que se expone en el artículo o noticia.

En el artículo de opinión publicado en El País el 28 de agosto de 2014 titulado De ‘selfies’ y egoísmos”, por ejemplo, a lo largo del texto se explica el significado de palabras nuevas como son selfeet o helfie cuyo significado puede desconocer el lector: “El selfeet es de pies, una de las fotos más vistas y revistas del verano (acudan a sus podólogos previo retrato, gracias); el helfie, de pelo (pero si sacas la cara ya sacas el pelo, ¿no? Pues no, no vale)”

Sin embargo, en ocasiones lo que se filtra al lenguaje periodístico no son palabras sino expresiones coloquiales como la utilizada en un titular por el Economista el día 5 de noviembre de 2015 que decía: Las CCAA siguen ‘pasando’ de recortar: su gasto subirá un 2,7% de media en 2016”. Este tipo de expresiones suelen utilizarse muy poco en el lenguaje periodístico, aunque puede ser un modo de captar la atención de un lector acostumbrado a leer siempre titulares más serios como podría ser “El gasto de las CCAA subirá un 2,7% de media en 2017”.

Los medios, por tanto, son una gran plataforma para la fama, pero no solo de empresas y personas. También de palabras.

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