Marta Romero Salgado
Por fin escribo por gusto otra vez. Para deleitar a un alma que desa hablar y a veces no tiene con quién. Pero eso no tiene importancia cuando puedo difrutar de mi misma, de la música en silencio, de mis recuerdos, del sol sobre mi piel...
A veces me gusta esa sensación de libertad que da la soledad. Cuando la casa se queda vacía y monto mis conciertos, mis videoclips y canto a todo pulmón. Aunque aún es mejor bajo la ducha.
El alma a veces necesita espacio para liberarse. Lo que todavía no he llegado a entender en mis veintiún años es por qué no soy capaz de volverme tan divertida y desatada en compañia jajaj. Supongo que todos tenemos un reto. El mio debe ser superar el pánico escénico. A lo mejor por eso la vida me ha llevado a estudiar Periodismo, quién sabe. Lo que tampoco llegué a descubrir fue cuándo o por qué se apoderó de mi ese miedo.
Mi madre me cuenta que cuando a penas media un palmo bailaba en la cuna al oir a Lola Flores. Mi abuela que emocioné a mi abuelo cantando una cancion de Marisol. Mi hermana me recuerda cantando en la playa a pleno pulmón canciones de Julio Iglesias con no más de tres años. Y yo me recuerdo en Galicia cantando "El toro enamorado de la luna". Desde luego, la música me encantaba desde siempre.
Y siempre tuve gustos algo extravagantes para mi edad. Hoy por hoy sigo escuchando a mi querido Julito, a Sabina y a Ana Belén. La verdad es que no me importa qué piensen los demás sobre mis gustos yo se que son algo diferentes, pero y qué si yo tambien lo soy.
Mi fin nunca ha sido romper moldes, ni llevar la contraria. Pero mi razón no vio la lógica a seguir a un rebaño si mi corazón no lo quería. A veces seguir tus principios, tiene sus cosas, pero con los años siempre he encontrado razones por las que merece la pena seguir el camino que uno mismo se marca.
Una vez en cuarto de la ESO una profesiora me dijo que era como un muro al que las olas no consiguen derribar. La verdad es que supo describirlo bastante bien. Yo siempre he sido fiel a mis principios, siempre he confiado en mi y siempre he intentado no dejarme llevar por opiniones ajenas a las mias. Para bien o para mal he decidido equivocarme o demostrar que estaban confundidos.
Aunque uno fruto de esas decisiones palpe la soledad o sea incomprendido, siempre tiene que mirar más allá, ponerse retos, e intentar olvidar las múltiples zancadillas que Don Nadie y Cualquiera intentaron ponerle.
Vaya, Alber, gran comentario. Yo tambien escucho reggeton o como dios quiera que se escriba jaja y heavy. Y tambien soy de las que sale de fiesta. Por suerte tengo unas grandisimas amigas aunque me han costado su esfuerzo, no lo voy a negar. Y lo que vengo a decir en este post que tal vez no me haya sabido explicar es que hace años vivia esa soledad obligada que tu explicas pero que hoy por hoy con mucho esfuerzo he conseguido ser sociable, tener mis amigos, llevar una vida normal y disfrutar de los ratos en soledad. Esta entrada pretende ser un aliento para todos aquellos que se sienten solos para decirles que la vida te devuelve mas de lo que parece que te quita.
ResponderEliminarPor mi parte te animo a que aproveches este verano para conocerte, para no negarte un paseo con tus amigos y proponerles hacer cosas nuevas. Nunca se sabe si algo puede gustarnos hasta que no lo probamos. Es ante estas situaciones nuevas cuando empezamos a desvelar pequeñas cosas de nuestra forma de ser y de nosotros mismos que no conociamos y nos hacen crecer.
Mucha animo y gracias por comentar, Alber.